El síndrome de la banda iliotibial o síndrome de la cintilla iliotibial, es una de las causas más frecuentes de dolor lateral de rodilla. Es más común en corredores y ciclistas, aunque también puede presentarse en tenistas, futbolistas y esquiadores. Todas estas actividades tienen en común un movimiento rápido y prolongado en el tiempo de flexo-extensión de la rodilla.
La banda iliotibial es una banda de tejido que se prolonga del tensor de la fascia lata, el glúteo medio y glúteo mayor y se inserta en el tubérculo de Gerdy en la meseta lateral de la tibia y parcialmente en la cresta supracondílea lateral del fémur y otra extensión anterior que conecta el lateral la rótula y frena la desviación de la rótula hacia medial. La banda iliotibial se comporta como un extensor de rodilla cuando la rodilla está a menos de 300 de flexión y se convierte en flexor después de superar los 300 de flexión.
A pesar de que se cree que posiblemente el síndrome de la cintilla iliotibial sea una lesión multifactorial, la causa más común es la fricción repetitiva de la banda iliotibial contra el epicóndilo lateral del fémur durante la flexo-extensión de rodilla, produciendo inflamación del área de contacto entre las dos estructuras, este contacto entre la cintilla y el epicóndilo lateral se produce a los 300 de flexión, que coincide cuando la rodilla flexiona al apoyar el pie.
¿Qué factores causan este síndrome iliotibial?
Algunos de los factores desencadenantes del síndrome de la cintilla iliotibial causadas por la actividad física son:
- correr cuesta arriba
- Una mala técnica de carrera o del gesto deportivo
- Cambios bruscos en la intensidad y/o el volumen del entrenamiento
El dolor en la fase inicial se manifestará al terminar la actividad, pero también se puede manifestar al comienzo de la actividad e incluso en reposo cuando la lesión esté más instaurada.
Los factores anatómicos que pueden causar el síndrome de la cintilla iliotibial son:
- La torsión tibial interna
- La pronación excesiva del pie
- Debilidad de los abductores de la cadera
- Un genu varo que puede aumentar la tensión de la banda iliotibial y desencadenar la lesión.
A pesar de lo incapacitante que puede llegar a ser el dolor causado por este síndrome, el diagnóstico casi siempre depende del ojo clínico del profesional, sobre todo en los aspectos biomecánicos y raras veces se necesitan pruebas de imagen.
Es por eso, que en los deportistas que padecen muy a menudo esta patología, sería recomendable realizarse un estudio biomecánico de la carrera o del gesto deportivo que practique, con el fin de descubrir la causa y trabajar los aspectos desencadenantes de la lesión.
Tratamiento para el síndrome del corredor
El tratamiento inicial no quirúrgico para la mayoría de los pacientes con síndrome del corredor, es la disminución total o parcial de la actividad incitadora hasta que el dolor se haya resuelto.
La aplicación de hielo y los antiinflamatorios no esteroideos, pueden ayudar a disminuir la inflamación en los casos agudos. Del mismo modo, las infiltraciones de corticosteroides pueden proporcionar un alivio inmediato y prolongado del dolor.
El estiramiento de la banda iliotibial y el fortalecimiento de la musculatura abductora de cadera puede ser eficaz para reducir la tensión; otro ejercicio indicado es la liberación miofascial con un rodillo de espuma, rompiendo las adherencias que se hayan podido producir.
Cambiar de calzado, el entrenamiento de la técnica carrera o del gesto deportivo que realice y las plantillas a medida son tres factores a tener en cuenta para la recuperación de la lesión.
En los casos de genu valgo, producido por compensación de una reducción de pronación del pie, el tratamiento de elección sería la colocación de unas plantillas con un Medial Heel Skive (elemento intrínseco supinador de retropié), con el fin de aumentar el rango de pronación y que se reduzca la compensación en valgo de rodilla.
La mayoría de los deportistas notarán una reducción de los síntomas y podrán volver a la actividad entre las 6 – 8 semanas con tratamiento conservador.
La vuelta a la actividad debe ser progresiva empezando con días alternos de carrera suave la primera semana, las dos semanas siguientes se podrá correr todos los días, aumentado levemente el ritmo de carrera y evitando correr cuesta abajo, después de 3 o 4 semanas se podrá aumentar gradualmente la distancia y la frecuencia de entrenamientos e introducir diferentes tipos de terreno y desniveles.
En Podoxativa somos especialistas en podología deportiva y realizamos estudios biomecánicos y de pisada a deportistas para modificar esos hábitos al correr que pueden estar causando lesiones como el síndrome de la cintilla iliotibial.
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