Periostitis tibial

La periostitis tibial conocida comúnmente o síndrome de estrés tibial, siempre se ha pensado que estaba producida por la inflamación del periostio de la tibia, a consecuencia de un exceso de tracción de la musculatura flexora del pie, sin embargo, según el doctor Kevin A. Kirby, uno de los mejores biomecánicos del mundo, lo que realmente se producen son microrroturas del periostio del hueso de la tibia, causadas por el estrés tensil al que está sometida la tibia al correr o al saltar.

la imagen muestra el punto de dolor en la tibia al apoyar
Punto de dolor en la tibia

La periostitis tibial o síndrome de estrés tibial es una lesión que se da más a menudo en corredores con una pisada en varo.  Tal y como se expone en un artículo publicado por el doctor Kevin A. Kirby, la alineación del antepié en varo al apoyar el pie durante la carrera, provoca un rápido aumento de las fuerzas reactivas del suelo (FRS) en la zona lateral del antepié. Dado que una pisada en varo durante la carrera aumenta las FRS en el lateral del antepié, las FRS laterales al eje largo de la tibia, junto con la fuerza de carga femoral aplicada más centralmente, provocará momentos de flexión excesivos en valgo dentro de la tibia durante la primera mitad de la fase de apoyo medio.

Estos momentos de flexión en valgo tibial excesivos que son causados ​​por un rápido aumento de las FRS que actúan sobre el antepié, harán que la diáfisis tibial se arquee medialmente (al centro) hacia la cortical. Esta flexión de la diáfisis tibial provocará, un aumento de la tensión de compresión a lo largo de la cortical lateral de la diáfisis tibial y también provocará un aumento de la tensión a lo largo de la cortical medial de la diáfisis tibial. Los síntomas del síndrome de estrés tibial con mayor frecuencia causan sensibilidad y dolor a lo largo del borde interno de la tibia, donde la tibia tiene su sección transversal más estrecha y donde las tensiones de flexión del plano frontal tibial son mayores.

Se muestra en estudio de Kirby donde se marca la zona de compresión
Imagen sacada de un estudio realizado por el Dr. Kevin A. Kirby

La periostitis tibial o el síndrome de estrés tibial, se presenta como un dolor agudo a lo largo de los dos tercios distales del borde interno de la tibia. El dolor empeora con una mayor duración o intensidad de la carrera o saltar y generalmente desaparece al cesar el ejercicio que lo produce. Si el dolor persiste al caminar o al descansar, habría que considerar una posible fractura por estrés tibial.

CAUSAS POSIBLES DE SÍNDROME DE ESTRÉS TIBIAL

Algunas de las características biomecánicas susceptibles de generar un síndrome de estrés tibial o periostitis tibial son:

  • Varo de rodilla
  • Valgo excesivo de rodilla.
  • Debilidad muscular de glúteos (produce +++valgo de rodilla).
  • Excesiva pronación del pie.

PROTOCOLO DE TRATAMIENTO PARA PERIOSTITIS TIBIAL

  • Tratamiento de fisioterapia para potenciar musculatura de glúteos y pierna.
  • Estiramiento de los gastrosóleos.
  • Reducir el kilometraje y la intensidad del entrenamiento y / o iniciar un programa de ejercicio alternativo.
  • Evitar correr por terrenos duros.
  • Plantillas personalizadas según la respuesta inicial.
  • Zapatillas con control de pronación.
  • Dependiendo del edema óseo de la tibia (con RM), dependerá si puede seguir haciendo deporte o hacer reposo.
  • Gammagrafía ósea y / o resonancia magnética si se sospecha de fractura por estrés tibial.
Se muestra una imagen de un soporte plantar con el arco elevado
Plantillas a medida

EL TRATAMIENTO CON PLANTILLAS A MEDIDA

El uso de una plantilla personalizada, con un talón biselado medialmente, un arco plantar bien formado y una extensión del antepié en varo, provocará un cambio medial significativo en la acción de las FRS del pie durante la primera mitad de la fase de apoyo. Este cambio medial en las FRS disminuirá las fuerzas de compresión en el lateral de la tibia y disminuirá las fuerzas de tensión en la corteza tibial medial.

las plantillas deben tener buena resistencia a la deformación y debe estar adaptado a la forma de correr del atleta (si corre de antepié, corrección en antepié y si corre de talón, corrección del retropié).

Si el atleta sigue manteniendo la posición de pronación en carrera, además de las plantillas, deberá llevar calzado con control de pronación.

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