Cuando los bebés se llevan los pies a la boca, no lo debemos ver como un acto antihigiénico, ya que, con este acto están contribuyendo en el desarrollo de la madurez del niño y la exterocepción (capacidad de percibir las sensaciones que provienen de la superficie corporal o del entorno, a través de los sentidos). Niños descalzos igual a niños más inteligentes,
Según la profesora Isabel Gentil García es su estudio: Gentil G I. (2007). Podología preventiva: niños descalzos igual a niños más inteligentes. Revista Internacional de Ciencias Podológicas. Vol. 1, (Núm. 1) (27-34), los niños descalzos son más inteligentes.
La motricidad, sensibilidad y los procesos psicológicos están íntimamente unidos, por eso los niños empiezan a desarrollar su inteligencia en el momento que empiezan a relacionar todos los elementos del entorno, a través de su sistema motriz y sensorial.
El recién nacido todavía no tiene capacidad para diferenciar su cuerpo del entorno, de ahí la necesidad de llevarse las cosas a la boca, de este modo, el recién nacido establece los límites de su cuerpo.
Al tercer mes de vida el niño empieza a descubrir su cuerpo y a construirse la imagen de sí mismo, este proceso se va formando de la información que recibe el niño, de todas las sensaciones táctiles, cinestésicas y visuales. El niño va a explorar los límites de la forma y de la movilidad de su cuerpo.
A los 7-8 meses, los niños empiezan a jugar con sus pies y en ocasiones introduciéndolos en la boca contribuyendo al estímulo del desarrollo sensorial. Por esta razón, no deberíamos bloquear la sensibilidad táctil de los pies con el calzado, pues es el mecanismo principal que tienen los niños a esas edades de percibir el mundo exterior, sintiendo las sensaciones de diferentes texturas, cambios de temperatura, densidades, etc, que favorecen su desarrollo psicomotor, sino debemos favorecer y potenciar la libertad de movimientos de los dedos y de los pies.
En conclusión, no se deberíamos obstaculizar el desarrollo neuromuscular, propioceptivo e intelectual del niño calzándolo antes de tiempo, al contrario, lo deberíamos enseñar a disfrutar de su cuerpo y su motricidad con los pies descalzos.
Una buena actividad, para contribuir al desarrollo de su sistema sensorial y motor de forma divertida, sería construir un tapete sensorial con diferentes formas y texturas, donde el niño a la vez que juega y se divierte, está contribuyendo a su desarrollo y maduración. Y recuerda, niños descalzos igual a niños más inteligentes